Aceptando que el gran mioma se llevara todo el protagonismo de la ecografía y con la conclusión que no se evidenciaba el saco gestacional, me fue realizada en términos un poco urgentes la beta, esta hormona sería la encargada de darnos mas luces de lo que estaba sucediendo. El resultado, la beta estaba en aumento y según su cuantificación me ubicaba en un embarazo de 6 semanas.
Esto era lo que necesitábamos para entrar en modo calma y dulce espera, para recargarnos de nuestras respectivas provisiones de esperanza, de modo que nos dure al menos 8 días más, hasta realizar de nuevo el seguimiento al embarazo.
Empieza la batalla, a un lado del cuadrilátero estaba el cerebro, muy bien entrenado, tenía todos los argumentos preparados y con toda su racionalidad a flote, del otro lado estaba el corazón, auténtico, deseoso y sensible, descubriéndose a si mismo como un órgano mas ensanchado y robusto , albergando un sentimiento diferente que le permitía abrirse paso ante el cerebro y dar la lucha.
––Recuerda que tiene ese mioma grande ahí en su útero. Dijo el cerebro.
––Pero, ella está en embarazo. Y en contra de todo pronóstico médico. Agregó el corazón.
––Además, ten en cuenta que su útero esta desplazado hacia un lado, Y eso puede que afecte el embarazo. Dijo el cerebro.
––Existen casos en los que se ha logrado con todo y mioma . Dijo el corazón.
––Mejor no te ilusiones, haz lo que tengas que hacer, pero por lo que mas quieras no te ilusiones.
––Es su embarazo y vamos a luchar por el hasta el final. Concluyó el corazón.
Damas y caballeros, el ganador de esta batalla, el ilusionado corazón.
Y fue en ese entonces, cuando dimos rienda suelta a nuestra ilusión tal como lo hacen los mas inocentes y desprevenidos amantes, sin racionalizar, sin argumentos fundamentados y sobre todo sin pensar en el mioma, solo esperanzados junto a ese vientre expandido que se empezaba a alzar como si observáramos la cima de una pequeña montaña en el horizonte de mi cuerpo acostado.
Así sin mas batallas con el cerebro, sin pedirle concesiones, el corazón triunfante tomó el mando de la situación , y como si fuera un caballo desbocado, se puso a hacer lo que más le apasiona y para lo que ha sido creado, ¿bombear sangre ? no, no, no, para amar, se desató a amar.
Perfecta forma de describir lo que muchas sentimos….gracias por compartir tus vivencias….
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es una batalla que aun no ha terminado … Tienes un aliado.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hermoso… que real descripción de esa batalla que dia a dia tenemos en nuestro interior por distintos motivos.
Me gustaLe gusta a 1 persona